Interfaces hombre-computadora
Las interfaces humano-computadora crean dispositivos y tecnologías vestibles (portátiles) que contribuyen a mejorar el rendimiento físico y potencialmente mental de los seres humanos y nos ayudan a llevar una vida mejor y más saludable. Quizás los ejemplos más comunes de dispositivos portátiles son los rastreadores de actividad física y los relojes inteligentes: dispositivos pequeños y fáciles de usar que a menudo monitorean nuestra actividad y brindan información que nos ayuda a llevar una vida más saludable, mejor y más productiva. .
Sin embargo, el término usable no necesariamente se refiere a algo que se sujeta a la muñeca o cualquier otra parte del cuerpo; también se refiere a ropa inteligente, como zapatillas para correr que pueden medir la marcha y el rendimiento, avances como prótesis robóticas y tecnología robótica portátil utilizada en entornos industriales.
A medida que la tecnología se vuelve más pequeña e inteligente, la gama de dispositivos portátiles se ampliará y surgirán nuevos productos más pequeños e inteligentes para reemplazar los dispositivos portátiles que conocemos hoy. Por ejemplo, ya tenemos gafas inteligentes, pero es probable que sean reemplazadas por lentes de contacto inteligentes. Posteriormente, los lentes de contacto inteligentes probablemente serán reemplazados por implantes de ojos inteligentes.
Avances como este llevan a muchos a creer que los humanos y las máquinas eventualmente se fusionarán en humanos, transhumanos o humanos 2.0, en los que el cuerpo humano está equipado como un automóvil deportivo para un mayor rendimiento físico y mental. Esto transformaría el mundo de la medicina y, con el tiempo, incluso podría desafiar nuestra comprensión de lo que significa ser humano.
A nivel social, podríamos estar dirigiéndonos hacia una división aún mayor entre ricos y pobres, entre los que tienen y los que no tienen. La tecnología promete ayudarnos a vivir más tiempo y de manera más saludable, quizás incluso ofreciéndonos la oportunidad de vivir para siempre, pero probablemente solo para aquellos que pueden permitírselo. Imagine una sociedad en la que los ricos son efectivamente superhumanos que viven para siempre, y todos los demás son promedio y desfavorecidos... También existe una pregunta ética más amplia sobre si deberíamos querer vivir vidas excesivamente largas, dada la enorme presión que supondría para nuestro planeta.